El sur también existe

Hace algunos meses las oficinas de mi trabajo fueron mudadas a Barracas. Para la mayoría de mis compañeros fue un cambio traumático, y tras horas y horas de llantos desconsolados finalmente se rindieron a la nueva ubicación. Para mi, no fue ningún problema.  Primero, porque trato de no enroscarme con dramas menores como el transporte, piquetes o las miles de problemáticas de la ciudad; segundo porque vivo en zona sur y el colectivo me deja a 2 cuadras de estas nuevas oficinas (después de viajar durante años casi 4hs diarias en colectivo, me lo merecía) y tercero, porque si bien amo la Avenida Corrientes y sus librerías, siempre me gusto el sur de la ciudad: barrios con todas las letras, arquitectura con aires europeos, empedrados y árboles, poca contaminación visual y una menor cantidad de gente, bicisendas y subtes.

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Al principio costó acostumbrarse al nuevo barrio, pocos lugares para comprar comida, el supermercado más cercano esta a 3 cuadras (problemón, eh!), y lo peor, era y es que la oficina donde estoy con mis compañeros no tiene ventanales a la calle (horror). Cuando nos mudamos en verano decidí ir una vez por semana al barrio de San Telmo, a tomar algo, mirar vidrieras o sentarme a leer en un banquito de Parque Lezama.

Si hay algo que me molesta de la mayoría de los blogs gastronómicos o con reseñas es que centran todo en Palermo, centralizan la 'movida' ahí (si, ya sé que está ahí) y a lo sumo se extienden a Almagro o Villa Crespo, y a veces Belgrano o Recoleta. Me revienta, siempre arranco leyendo un artículo de una tienda o un lugar divino y con cosas ricas.... que está a 50 minutos de mi casa o de Barracas, a veces. No tengo auto, y no lo tendré hasta el año que viene y nunca aprendí a andar en bicicleta; por lo que es un trastorno viajar a las seis de la tarde a Palermo para comerme un muffin, si, un trastorno al mismo nivel que el trauma de mis compañeros.

Si bien en San Telmo y Barracas hay una movida gastronómica circunscripta (?) al turista básicamente, donde ves hay una parrilla o una casa de antigüedades, y también, obviamente un típico (?) Starbucks; me decidí a encontrarle la vuelta y 'fomentar' la zona. No soy una erudita ni sé mucho de comidas pero poco a poco voy a mejorar, lo garantizo.

Y les garantizo también, que si un día puedo tener mi propia pastelería, van a tener que darse una vuelta por el sur.